El ombligo de venus en el muro,
la frágil gracia de la primavera,
extraña conjunción de la dulzura
brotando entre las lajas, la dureza
del invierno y del musgo que remansa
la floración de brotes; las violetas
silvestres enseguida ocupan huecos
rinconcillos umbrías escaleras
y donde parecía que no había
nada, tan solo roca, musgo, tierra,
asoma lentamente lo que nace
lo que vuelve lo que es y lo que espera….
Ha espigado semillas el ombligo,
tienen flores tempranas las violetas.
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