La canción que yo vine a cantar no ha sido aún cantada. Mis días se me han ido afinando las cuerdas de mi arpa; pero no he hallado el tono justo, y las palabras no venían bien. ¡sólo la agonía del afán en mi corazón!. Aún no ha abierto la flor, sólo suspira el viento. No he visto su cara ni he oído su voz; sólo oí sus pasos blandos, desde mi casa, por el camino. Todo el día interminable de mi vida me lo he pasado tendiendo en el suelo mi estera para él; pero no encendí la lámpara y no puedo decirle que entre. Vivo con la esperanza de encontrarlo; pero ¿Cuándo lo encontraré?
Rabindranat Tagore
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